Llegando de vacaciones, no pensaba escribir hasta mañana, pero viendo de lo que son capaces de hacer Currete, Rajito, y demás panda pepera descerebrada de aquí, empiezo.
En primer lugar, en el primer post del blog, decir que la plataforma ciudadana, es una formula, no sabemos si 1,2,3,5,8… con o sin números de Fibonacci, pero una fórmula que requerirá, “mucho fondo”, y por fondo me refiero a “fondo de reflexión” y al “fondo físico de aguante”, no de “carreras de señoritos de la play station”, sino de “corredores de fondo”, pues además de estarnos robando, estar dejándonos sin escuelas, hospitales, transporte público, cultura, etc, están sometiéndonos a “maltrato y vejación”, exigiendo e imponiéndonos el pp, una completa sumisión.
Maltrato, sumisión, vejaciones, son cosas muy clásicas de un modo de gozar, que parece tiene sus seguidores en Valencia, (todos los votantes del pp) y apunta a la tiranía del amo. Pero quiero indicar que “no todos, los ciudadanos tienen esa forma de gozar”, y en nombre de los que no la tienen escribo, pues lo que se lee en los comentarios de los ciudadanos de esta ciudad, es una verdadera guerra pulsional, a veces mezclada con cierta culpabilidad neurótica de la que comento: “Ni tenemos lo que merecemos, ni lo que no merecemos, tenemos lo que hay, porque lo que merecemos o no, ni se mide, ni nos pondremos nunca de acuerdo”. Y lo que tenemos porque hay es: Una virulenta lucha pulsional, y digo virulenta, porque de los goces en juego, el sádico del pp, no permite a ningún otro goce estar, sin darse cuenta de que hay gente que esto no le “pone”. Lo que está ocurriendo va más allá de un hacer demócrata, pues piensen que el goce sádico no permite el respeto.
La lucha pulsional que estamos viviendo, se concreta en estas cuatro palabras: vergüenza-pudor, angustia y desprecio. Eso es lo que les pasa a los valencianos, al pueblo de Valencia, dónde hay un grupo gozando del maltrato, encantado y sumiso a todos los caprichos del pp, al que le otorga el ser el amo de su vida. Y hay otro grupo que no comparte esa forma de gozar, ante la que siente pudor y vergüenza, por lo que se queda en casa, zapea para no ver canal-9, y cambia de rumbo sin parar por no cruzarse ni un segundo con esa “jauría sádica”. En nombre de estas personas escribo, pues tienen todo el “derecho” del mundo a su forma de gozar, que no es precisamente pasotismo. A estas alturas de la historia de la humanidad, no vamos a tirarnos las manos a la cabeza, por una sarta de becerros encendidos de sadismo, pues a estas alturas de la humanidad eso es una payasada.
Como anécdota diré, que para mí la fórmula 1, es solo un anuncio en que una madre edípica le prepara a su falito de la play un vaso de leche creo con colacao, pero no me acuerdo , y una figura de fútbol, es un juguete de goma que tienen los niños, o cromos en un album. ¿No se puede pedir que la gente sepa quién es Fibonacci, Einstein, Unamuno, y se tiene que exigir saber qué es y quiénes son la fórmula 1 o no sé qué equipo de fútbol? Así que y como propuesta para terminar añado: no podrían pagar esas cosas que quieren pagar, los que la quieren pagar, (bastaría con preguntarlo, como con el 0’7), y los que no queremos eso, que nos pregunten qué queremos. Fijo que tendremos médicos, personal sanitario, colegios, institutos, cultura, etc...
Eso sí, pasemos de la vergüenza-pudor al desprecio, y neguémosles asistencia, que se la construyan ellos, con el dinero que ganen con sus fórmulas edípicas sádicas, pues es hora de decir muy fuerte y claro, que Edipo siempre se arruina!.
Teresa Ferrer